México se encuentra, por una sociedad más justa y humanizada
FERNANDO
SÁNCHEZ ARGOMEDO
CONÓCEME
Fernando Sanchez A.

Hoy urge pensar diferente

En estos días nuestro país ha estado viviendo acontecimientos que se reflejan en los diversos medios de comunicación y que seguramente nos inquietan.

Muy lejos de intentar explicar lo que sucede, lo cual seguramente tiene una explicación que encuentra su razón en la profundidad de las conciencias de los actores y sus intenciones, lo que nos debería importar es convertirnos en generadores de una corriente de unidad y esperanza para nuestro país y también para el mundo.

A veces nos gana el pesimismo, alimentado sin duda por lo que vemos, escuchamos y a veces también vivimos. ¿Cómo ir contra corriente?

Desde mi muy particular punto de vista y experiencia, la mejor forma para ser actores en contra corriente es: 1) reconocer nuestras raíces más profundas y humanas, y 2) tener una visión de largo plazo.

Cuando de verdad hemos hecho una profunda reflexión al respecto, nos da una claridad del camino que trazamos y de los pasos que hemos de dar en el día a día… ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy?

El planeta Tierra tiene aproximadamente 4,570 millones de años, el ser humano está presente en ella quizás hace 1.4 millones de años. Hay vestigios de civilizaciones que datan 8,500 años a.C. Se estima que a la Tierra le quedan 3 mil millones de años de vida.

No somos los primeros seres humanos ni mexicanos en vivir acontecimientos extraordinarios, se los aseguro.

¿Qué es realmente lo importante? Saber que somos parte de la raza humana y que, como tales, tenemos una característica que nos hace claramente diferentes a los demás seres de este planeta: tenemos la capacidad de pensar sobre nosotros mismos. Suena sencillo decirlo, porque lo vivimos; pero esto nos da la posibilidad de ser libres y de crear más allá de nuestras propias capacidades.

Hoy podemos volar hasta llegar al espacio, mucho más que las aves, y navegar hasta muy bajas profundidades del océano, mucho más que muchas especies marinas.

No cabe duda de que el ser humano tenemos algo especial, y sin duda, esto especial es un regalo, un don; no cabe duda, hemos sido creados por Dios.

¿A dónde vamos? Esta capacidad de pensar sobre nosotros mismos o de ser libres incluye la capacidad de definir a dónde queremos llegar y el motor para lograrlo que se llama voluntad.

Todos queremos ser felices, y la verdadera felicidad, créanlo o no, está en ayudar a que los demás sean felices. Todo lo demás es verdaderamente accesorio y muy probablemente lejos de darnos felicidad plena, nos creará un vacío presente en nuestras vidas.

¿Hacer felices a los demás? Sí. Y “los demás” son los que están cerca de cada uno de nosotros, empezando por los más próximos: dependiendo de nuestra vocación, eso puede tener diferentes amplitudes.

Es un gran reto, y hay mucho más para bordar al respecto; lo dejo en esta idea que creo que nos puede ayudar mucho para abordar los retos que se nos presentan como seres humanos y como mexicanos.

Para ser plenamente felices hay que ayudar a que los demás sean felices, comenzando por el más próximo.

A la luz de esta idea, ¿qué nos provoca ver a un niño en la calle limpiando vidrios, o una mujer con un niño en brazos y sin zapatos, o una familia que vive en una casa de cartón a 1 kilómetro de nuestra casa?

@yoinfluyo

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